Cuando una empresa le entrega al cliente la llave de una vivienda no solo está cerrando un negocio, también le está diciendo adiós a un viaje que le ha acompañado mucho tiempo. En OYRSA ponemos mucha atención y cuidado para conseguir crear la vivienda soñada a partir de un terreno vacío, un edificio que hay que remodelar o la visión que nuestros clientes tienen en mente.Todo comienza con la primera idea, con la visión que el cliente tiene de su hogar y que el arquitecto plasmará en un primer boceto que se convertirá en otros planos y finalmente se verá reflejado en ladrillo. Más que construir, la arquitectura trata sobre crear un legado estético y también funcional; es dar vida a un espacio que contará historias a lo largo del tiempo. Por eso, vamos a ver cómo es su viaje desde los primeros planos hasta la entrega de la vivienda ya terminada.
Y es que el viaje arquitectónico está lleno de desafíos, empezando por las limitaciones del terreno, que muchas veces chocan con las ideas que el propietario tiene en mente y a las que el arquitecto se encargará de encontrar una solución perfecta. Es importante que el arquitecto tenga buena escucha, ya que una de sus misiones fundamentales será interpretar la visión del propietario para convertirlas en un diseño realista y tangible que sea del agrado del cliente.
Una vez que el diseño está listo comienza la planificación. Si el diseño es el alma del proyecto, la planificación es el esqueleto. Cada detalle debe estar perfectamente documentado, con especificaciones de los materiales y los permisos necesarios para que el proyecto pueda llevarse a cabo.
Es aquí donde el arquitecto se convierte en líder de un equipo integral. Ingenieros y especialistas trabajan en conjunto para garantizar que todo encaje a la perfección. Cada decisión tomada en esta etapa tiene un impacto directo en el proyecto.Además, es fundamental cumplir con las normativas locales, ya que un error en esta etapa podría retrasar el trabajo o detenerlo por completo.
Finalmente, llega la parte más emocionante: la construcción. Lo que antes era un terreno vacío ahora se llena de movimiento: maquinaria, herramientas y profesionales trabajando en conjunto para levantar lo que antes solo existía en aquel plano. Día a día, los cimientos crecen, se van levantando las paredes y cada detalle del diseño toma forma. Es un proceso emocionante, pero también es importante tener en cuenta que puede estar lleno de retos y adelantarse a los que sea posible. A veces el clima no coopera o algún proveedor no entrega a tiempo. En estos momentos, el equipo debe adaptarse, buscar soluciones rápidas y, sobre todo, proteger la esencia del diseño. Supervisar la construcción no es solo un trabajo técnico, es asegurarse de que cada detalle de la construcción respete la visión original, que se mantenga la esencia de lo que el cliente especificó.
El día de la entrega es el momento más especial. El cliente entra por primera vez al espacio terminado, recorre cada rincón y descubre cómo sus sueños se han ido haciendo realidad. Es importante cuidar los detalles al milímetro para que no haya ninguna sorpresa desagradable, que esta primera visita a su nuevo hogar sea tal y como la imaginaron los propietarios. Aquella casa que comenzó siendo una idea vaga en un terreno vacío, ahora es un hogar donde esa familia vivirá momentos únicos. Cada ventana, cada ladrillo, cada detalle ha sido diseñado pensando en ellos.
Diseñar y construir un espacio es un proceso lleno de retos, creatividad y colaboración entre especialistas. Un proyecto arquitectónico es el resultado de un trabajo meticuloso que involucra al cliente, al arquitecto y a muchos otros miembros de un equipo especialmente elegido para convertir en algo tangible la visión y las ideas de aquellos que tienen la ilusión de comenzar una vida en su casa soñada. Diseño, planificación y construcción: cada etapa juega un papel crucial en la creación de un espacio que debe ser funcional, pero también reflejar la visión original. Si bien la construcción de un edificio puede parecer un proceso técnico, también es una expresión especialmente creativa, ya que involucra los espacios en los que tendrá lugar la vida cotidiana de sus dueños. Al final, lo que importa no es solo el edificio en sí, sino el impacto que tendrá en quienes vivan en él, creando un lugar que será disfrutado y recordado por generaciones. La arquitectura, en esencia, es la creación de espacios que marcan una diferencia real en la vida de las personas.